Uno me lo dio un enano
El otro por alguien me fue regalado
Uno de metal fue forjado y con luz ardiente grabado
El otro con rayos de luna se fabricó y de ellos se esmaltó
Uno como un trueno resuena cada vez que algo golpea
El otro despide el fulgor de la luna y las la oscuridad como ella alumbra
Cada uno su dedo eligió y desde ese día de ese dedo poco salió
Una locura puede parecer, pero que piensan llegue a creer
Ya que si nos paramos a pensar, vemos que un anillo en todos los dedos no quiere entrar
Fieles amigos que en mis dedos van
Este poema os quiero dedicar.
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